Crónica: Júlia Barrancos

2 horas sobre el escenario

El día jueves 24 de abril de 2014,en Parets del Vallés, por la tarde, los alumnos de los talleres “Una sola voz”, “Teatro”, “Combo” y “Expresión, ritmo y juego”, del instituto SIparets II, teníamos que hacer unas actuaciones en Can Rajoler.

Por la tarde, lo primero que hice, fue ir con Lídia a comprar unos patucos de media carne para la actuación. Cuando estábamos allí, delante de los “chinos”, comprendimos que habíamos llegado demasiado pronto y no habian abierto.

Como yo al salir de casa no tenía las llaves, había dejado la puerta abierta y tenía miedo de que entraran a robar, así que Lidia y yo nos dirigimos a buscar a mi madre, que estaba en un bar con unas amigas, para que me diera la llaves.

Después, volvimos a los a los “chinos” y los compramos.

Cuando llegué a casa, me maquillé y me peiné para poder ir a cantar sin preocupaciones.

Al llegar al teatro ensayamos unas 3 veces las canciones que teníamos que hacer y una vez la actuación que hacíamos en teatro.

Después, fuimos todas juntas a los vestuarios y nos acabamos de preparar.

Cuando llegó la hora de empezar la actuación de voz, estábamos todas muy nerviosas, pero sabíamos que teníamos las canciones claras y que lo haríamos bien. Se abrió el telón y ¡había mucha gente! No podía parar de tener una sonrisa en la cara.

Cantamos en primer lugar Every breath you take, de Police. Nos salió bastante bien.

En segundo lugar, cantamos Rolling in the deep, de Adele. Al acabar de cantar saludamos orgullosas al público mientras escuchábamos los aplausos que nos regalaban.

Al llegar exhaustas a los camerinos, nos cambiamos de ropa rápidamente y nos pusimos el vestido para la obra de teatro, El tresor del pirata negre. Hacíamos de indígenas.

Unas ayudantes de maquillaje nos dibujaron símbolos y máscaras en la cara. Corrimos a prepararnos arriba del todo de las escaleras del teatro para que cuando nos tocara, salir directas sin preocupaciones.

Al estar allí arriba, me clavé una astilla y un cristal en el pie. Pero salí y disfruté. Tuvimos que representar un ritual de indígenas adorando a la diosa.

¡Nos salió muy bien!

Al final el esfuerzo de cada viernes valió la pena.